Circular 1627-2021 Transcribimos un articulo publicado por Blanca Juárez, en el diario “El Economista” el 17 enero de 2021, sobre la perdida de empleos en México. 12% de los jóvenes en México han perdido su empleo por la pandemia: BID Imprimir Correo electrónico
Lunes 18 de Enero de 2021 11:16

Circular 1627-2021

Transcribimos un articulo publicado por Blanca Juárez, en el diario “El Economista” el 17 enero de 2021, sobre la perdida de empleos en México.

12% de los jóvenes en México han perdido su empleo por la pandemia: BID

Las repercusiones para quienes recién comenzarían su vida laboral permanecerán al menos 15 años, advierte el organismo. Un tiempo similar tendrán que lidiar con aspectos emocionales como la depresión y la ansiedad.

En México, el 12% de la población joven empleada en el sector formal perdió su trabajo debido a la pandemia de covid-19. Esto empeoró un escenario de desempleo juvenil tres veces mayor al de las personas adultas, lo que dejará “impactos profundos” en su trayectoria laboral y en su salud mental, advierte el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En un análisis realizado por María Fernanda Gómez, consultora de la División de Mercados Laborales del BID, indica que en América Latina y el Caribe suman ya más de 17 millones de empleos perdidos por esta crisis. Gran parte de ellos eran ocupados por personas jóvenes.

El país más afectado es Perú, donde tan sólo en su capital, Lima, 70% de las y los jóvenes perdieron su trabajo. Le sigue Colombia, donde 30% pasó al desempleo.

 

Previo a la pandemia, la tasa de informalidad juvenil en la región era ya 1.5 veces más alta que la de la población adulta. Otro dato que ya preocupaba era que el 21% no estudiaba y no trabajaba, señala el reporte. Si de por sí las brechas de acceso al empleo entre personas jóvenes y adultas ya eran “comunes, incluso en el mundo desarrollado”, esta crisis agravó todo.

 

En el corto plazo, se redujo su ingreso y su acceso a servicios básicos. Al inicio de la pandemia, 2 de cada 5 jóvenes a nivel global ganaron menos “y más del 20% vieron impactado su acceso a una vivienda”.

Efecto cicatriz

 

Los efectos de esta situación que no parece tener fin persistirán a largo plazo en un “efecto cicatriz”. Esta marca “podría persistir hasta por 15 años para aquellas personas que se gradúan e inician su vida laboral durante una recesión”, destaca María Fernanda Gómez en su investigación.

 

Las condiciones al inicio de la vida profesional dejan una huella en toda la trayectoria laboral “en términos de acceso, calidad, e ingresos”. El tiempo sin trabajo les reduce al menos 20% su ingreso, especialmente a quienes tienen menos estudios o menos habilidades han podido desarrollar, señala.

 

Pero no es sólo desempleo por sí mismo, también por el salario que deja de percibirse. Pasar por un periodo sin laborar podría crear la idea de que no son personas productivas, “sin que necesariamente esto sea cierto”, apunta. Lo que sí es verdad es que ese prejuicio será un obstáculo para su contratación.

 

Un círculo vicioso que no se rompe

 

Otra afectación importante es en la salud emocional, mental y física de las personas jóvenes. Toda esta situación incrementa al doble la probabilidad de que presenten ansiedad y depresión, incluso “hasta 14 años más tarde”. El riesgo de consumir drogas o alcohol también se eleva considerablemente, apunta la especialista del BID.

 

Si esa falsa idea de que por no trabajar no son personas productivas les impide conseguir un trabajo, y con ello entran en un círculo vicioso, su bienestar emocional también les ata al desempleo o a los malos trabajos.

 

Con una salud mental y emocional afectada, sus expectativas y aspiraciones también lo están, “limitando la búsqueda de empleo y generando emparejamientos laborales de mala calidad”.

 

En suma, “las afectaciones a la educación, el empleo y la salud mental derivadas de la pandemia amenazan con generar impactos profundos y de largo plazo en la trayectoria laboral de los jóvenes”. Desarrollar políticas focalizadas en esta población es una necesidad inminente, apunta Fernanda Gómez.

 

Por eso pensamos que debemos trabajar para evitar el cierre de centros de trabajo y como consecuencia la perdida de empleos.

 

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