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Circular 2365-Bis-2022 Transcribimos a ustedes un artículo muy interesante escrito por la Doctora Carla Roel. PDF Print E-mail
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Friday, 30 December 2022 08:57
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Circular 2365-Bis-2022

Transcribimos a ustedes un artículo muy interesante escrito por la Doctora Carla Roel.

Saber escribir.

En mi último comentario, hablé de la preparatoria y la importancia de orientar vocacionalmente a los alumnos en esta etapa escolar para que tomaran la mejor decisión en cuanto al área del conocimiento a la que van a adentrarse para el resto de sus vidas.

La preparatoria, esa en la que los dos primeros años, se estudiaba historia, literatura, matemáticas, geometría, física, química, biología, anatomía y fisiología, lógica, ética y etimologías, daba al alumno una cultura general. En el último año, se elegía un área del conocimiento en la que se concentraban la mayoría de las materias que se cursarían, y que por lo menos, presentaban al alumno el idioma de su ciencia, facilitando la transición a la universidad. Si, la preparatoria preparaba para una carrera universitaria. Dentro de las habilidades que enseñaba, estaba la investigación y la honestidad en la misma.

Muchas escuelas que ofrecen educación media superior han desechado este modelo educativo por otros que se quedan cortos con la preparación para la universidad. No, no soy pedagoga, pero llevo dando clases a nivel licenciatura desde 1995 y he sido testigo de las deficiencias educativas que tienen las generaciones de alumnos que no cursaron la currícula de la preparatoria.

Evidentemente, no puedo hablar de las carencias que perciben los profesores de las ciencias exactas, las administrativas o las naturales. Pero si puedo afirmar que los alumnos tienen un nivel más bajo de comprensión lectora, que el uso de la palabra hablada y escrita es de menor calidad y que no saben investigar y citar con propiedad.

Cuando yo terminé la licenciatura, la única forma de titularme, era mediante la redacción de una tesis y la defensa de la misma frente a un tribunal. Ahora, los alumnos pueden optar por otras formas de titulación.

La palabra hablada y escrita es el arma por excelencia de los licenciados en Derecho. Durante la licenciatura, procuramos que los alumnos aprendan a hablar y a escribir correctamente, pero presuponemos que saben investigar y citar como lo exigen los criterios editoriales del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, propios de nuestra ciencia.

Es un verdadero honor el que un alumno le pida a un profesor que le dirija la tesis. Es un privilegio acompañarlo durante su proceso de investigación y de redacción y ayudarlo a convertirse en un experto en el tema de su elección.

Lo primero que le pregunto al alumno que me pide que le dirija la tesis es qué lo lleva a escoger ese tema y no otro. Para mí es necesario saber que le apasiona el tema elegido porque le va a dedicar muchas horas para investigarlo y más para redactar lo aprendido.

Cada entrega es una oportunidad para conocer el tema y también para conocer la forma de pensar del alumno que escribe. Pero también implica un trabajo de revisión exhaustivo, no solo sobre el contenido, sino también de la forma de redacción y la citación de la doctrina, la legislación y la jurisprudencia. Como dice un querido amigo mío, el Dr. Casanovas, cada error de forma es responsabilidad del director que no puso suficiente atención.

Una vez que se entiende el proceso mental del tesista y su forma de expresarse, resulta fácil diferenciar entre su dicho y las palabras de alguien más. Es ahí en donde la integridad y la honestidad intelectual cobran una vital importancia para no incurrir en el delito de plagio. Como dije en párrafos anteriores, no todos los alumnos salen de preparatoria sabiendo citar, correcta o incorrectamente. La labor del director de tesis ha de subsanar las lagunas educativas y dedicarle las sesiones que sean necesarias para enseñar al alumno la importancia de darle crédito a quien expresó una idea antes que nosotros y lo hizo de tal manera, que queremos usar sus palabras para sustentar nuestro dicho.

Escribir una tesis es una aventura intelectual que vale la pena vivir. Dirigirla, es un privilegio que nos regalan nuestros asesorados para llegar al destino soñado por ambos de la mejor manera posible.

“Unámonos más que nunca en un Gran Acuerdo Por México”